Los geselinos que llegaron a Chile domando volcanes
Eduardo Provéndola y Mirta Perriconi hicieron una interesante travesía de montañismo por la zona del glaciar Pichullancahue, sector de la Cordillera de los Andes donde se ubican emblemáticos volcanes activos como el Villarrica o el Lanín. Dos años la pareja geselina había escalado este último.
En 2016 ya habíamos contado la historia de Eduardo Provéndola y Mirta Perriconi, pareja que vivió en Villa Gesell entre 1981 y 2001, tiempo en el que él se dedicó a diversas actividades comerciales y a la política, mientras que ella se desempeñó como médica en las áreas de Clínica e Infectología del Hospital Municipal.
Establecidos ahora en Buenos Aires (pero siempre vinculados a Gesell, donde vuelven permanentemente), Mirta y Eduardo comparten desde hace algunos años una pasión hasta entonces inexplorada por ellos: el trekking y el montañismo.
Su primer gran desafío fue escalar el Lanín, maravilloso volcán de casi 4000 metros de altura que se recuesta entre Argentina y Chile, a la altura de la provincia de Neuquén y de la región de la Araucanía.
“Las grandes aventuras siempre comienzan en pequeñas conversaciones, y estas se dieron a mediados de 2014, cuando empezamos a investigar con ella sobre operadores turísticos, fechas disponibles, entrenamiento adecuado, equipo necesario, y alojamiento”, describe Eduardo. Junto a Mirta trazaron como fecha la primera quincena de febrero de 2015 y se impusieron un plan de entrenamiento exigente: una sesión semanal de 10 a 12 kilómetros con cuestas y ejercicios de fortalecimiento y otra de fondo, con el doble de extensión. Además, por su cuenta, cada uno hacía su trabajo: Mirta repetía caminatas al menos otras dos veces a la semana, mientras que Eduardo hacía 100 kilómetros en bici, en dos sesiones.
“A pesar del frío, el viento, la lluvia y el calor al inicio del verano, cumplimos con esta rutina a rajatablas y nos hicimos todos los controles médicos necesarios (análisis, estudios, ergometrías y consulta con cardiólogo) para evitar cualquier riesgo innecesario”, describe Eduardo. Tal como lo planificaron, en la fecha prevista ambos estaban en San Martín de los Andes, punto previo a la escalada del Lanín “con el entusiasmo y la ansiedad propia para encarar una aventura desconocida”.
Pero aquella no fue la única aventura que ambos compartieron, ya que luego hicieron trekking por distintos sitios reconocidos del país como el Cerro Uritorco, La Quebrada del Condorito y el Cerro de la Virgen en Córdoba, el Cerro Bandurrias en San Martín de los Andes, la Península de Quetrihue en Neuquén y el camino de Iruya a San Isidro en Salta.
Con toda esa experiencia a cuestas (intensa en cantidad pero breve en el tiempo, ya que ocupó todo ello apenas dos años), ahora Mirta y Eduardo se lanzaron al otro margen de la Cordillera de los Andes, en la zona chilena. Eso sucedió a principios de este mes, cuando viajaron a la zona del Parque Villarrica, en el sur del país trasandino, para iniciar la expedición por el sendero del Glaciar Pichullancahue, un desfiladero hermoso entre volcanes, ríos de deshielo y ventisqueros. La foto de la nota ilustra uno de los tramos finales de este viaje, con el Lanín asomándome de fondo.
Un destino más en el mapa de estos geselinos aventureros. ¿Cuál será el próximo?