Se develó el misterio de la tortuga con soga y sin cabeza
El fin de semana fue encontrado en Mar Azul el cuerpo de una tortuga marina, noticia rápidamente difundida por medios nacionales. Estaba sin cabeza y con una soga atada a una pata, lo cuál alentó teorías macabras. Sin embargo, lo sucedido nada tuvo nada que ver con esos relatos fantasiosos.
noticias@gesell.com.ar | Francotiradores, cadáveres enterrados en la arena, aguas cloacales desbordando las calles y, para colmo, poca afluencia turística. Este verano, los medios periodísticos nacionales encontraron en Villa Gesell una gran cantidad de noticias que no fueron precisamente positivas para la imagen de la ciudad
Como si esto hubiese sido poco, el fin de semana pasado fue encontrado en Mar Azul el cuerpo de una tortuga marina sin cabeza y con una soga atada a una de sus patas. Los detalles macabros no hicieron más que revolver la sensiblería azuzada por el lamentable episodio del delfín que fue sacado del mar en Santa Teresita y murió a las pocas horas tras ser acosado por hordas de turistas inconscientes.
La cercanía con ese hecho le dio otro impulso a la noticia de la tortuga marina, que rápidamente se ganó considerables espacios en los medios de comunicación nacionales. La falta de su cabeza y la soga en una de sus patas alentó teorías propias de un cuento fantástico. Se divulgó que el animal podría haber sido la nueva víctima de turistas voraces, o bien que había amarrada y decapitada en vida para arrancarle la caparazón. Eso es lo que ocurre cuando abunda imaginación pero falta rigor periodístico.
“Llamaron avisando que habían encontrado ese cuerpo frente al Camping de Ingenieros, en Mar Azul, y fuimos a ver el estado de la tortuga y a identificarla”, explica Abel Escobar, miembro de la ONG Naturalistas Geselinos.
“Cuando llegamos, comprobamos que era una tortuga “laúd”, más conocida como “de siete quillas”. Aunque falta aún la autopsia para poder confirmarlo, estimamos que el animal murió por ingesta de plástico. Y la cabeza probablemente le faltaba porque, una vez muerta, fue alimento para lobos marinos, ya que tenía muchas mordidas de ese estilo en el cuerpo. La cabeza y las aletas son las partes más blandas de las tortugas”, detalla Escobar.
Hasta aquí todo claro. Pero queda una duda: ¿Qué hacía una soga atada en una de sus patas?. “La colocamos nosotros para poder trasladarla hasta el puerto de guardaparques del Faro Querandí, y así realizar distintos estudios que nos permitan saber más acerca de lo que realmente pasó”, concluye Escobar, dando fin a misterios difundidos pero infundados.
Foto: Abel Escobar