El cooperativismo frente a la industria de Internet
El coincidencia con el Día Mundial de Internet, se realizó en Buenos Aires el evento más importante del mercado argentino del rubro. Allí participaron los distintos actores de la industria, entre ellos el cooperativo, de vital importancia en la prestación de servicios para localidades como la nuestra. Invervino el geselino Antonio Roncoroni como presidente de Fecosur.
noticias@gesell.com.ar | En coincidencia con el “Día Mundial de Internet”, la Cámara Argentina del sector realizó el evento más importante de la industria local. Contó con el apoyo del Gobierno de la Nación, que a través de su Ministerio de Modernización acaba de fundar la denominada Dirección de Desarrollo de Internet. Por eso se realizó en el moderno Centro Cívico que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inauguró poco tiempo atrás en el barrio de Parque Patricios.
Las jornadas pusieron cara a cara a las dos fuerzas que traccionan el mercado doméstico de Internet: la pública, representada en el Estado, y la privada, dominada por empresas extranjeras pero pulseada a la vez por un sector cooperativista que abastece a la nada despreciable cifra de 6 millones de abonados.
A través de distintas actividades, tanto profesionales, como dirigentes y actores varios del mercado argentino de Internet realizaron sus diagnósticos, reclamaron sus necesidades y trazaron sus ambiciones. El programa incluyó paneles, talleres y stands a lo largo de dos días.
En uno de esos paneles, justamente, fueron agrupados referentes de distintas experiencias cooperativistas que proveen servicios en el Interior. El nombre de dicho panel (titulado “Desafíos de la industria”) sintetiza en cierto punto el escenario al que se enfrenta un sector que debe articular, por un lado, la bajada del servicio a su territorio, y por el otro, la lucha contra los intentos de intromisión del mercado global.
Lo que expone a la actividad cooperativista a un desafío es que, a lo predicho, ahora se le suman además una serie de circunstancias propias del momento actual. Un amplio abanico que va desde el aumento de tarifas en todos los rubros, la devaluación acelerada y la derogación de leyes sensibles al sector.
El geselino Antonio Roncoroni participó del panel como presidente de la Federación de Cooperativas Telefónicas del Sur y en su exposición defendió al sector cooperativista en general, recordando que en su totalidad presta servicios a 6 millones de abonados en todo el país. Sin embargo, cuando son convocados a las mesas en las que se discuten las reglas del juego, sienten que los quieren “para una participación protocolar”.
“Algunos piensan que somos un grupo de boy scouts que nos juntamos para salir de picnic, pero no es así”, ironizó Roncoroni acerca de la consideración que el mercado concentrado tiene de las experiencias cooperativistas. La alama está encendida en el sector por la sucesión de guiños y medidas que consideran nocivas para el rubro. “Todo lo que tienda a la concentración del mercado en empresas extranjeras significa una negación a lo que nosotros representamos. Tiene que haber protecciones territoriales para las cooperativas y también para las pymes. Nosotros no sólo brindamos servicios en una determinada localidad, sino que también invertimos ahí lo recaudado. La discusión de fondo, en definitiva, es si la plata que pagan los argentinos por esos servicios se queda en Argentina o se va para afuera”.
“El principio de ‘igualdad ante la ley’ parte de que, justamente, no somos todos iguales, por lo que debe existir una normativa que propicie la igualdad”, describió Roncoroni, abogado. “Los Ministros y sus Secretarios tienen que entender que nuestra participación no es protocolar. Abastecemos a mucha gente en lugares donde otras empresas entrarían de manera vil. Si el Estado nos presta al 38 por ciento, como se pretende, fundiremos las cooperativas. Nosotros siempre preferimos discutir de servicios y no de plata, pero nos vemos obligado a esos y el sector debe mantenerse activo en ese sentido”.
La pulseada pone en una situación de inequidad al sector cooperativo, que de ninguna manera puede salir a competirle mano a mano a una multinacional por la sencilla razón de que no está en su naturaleza. En Argentina, las cooperativas no surgieron para disputarle clientela a las empresas, sino en verdad para prestar servicios en lugares ignorados por aquellas. Pero el tiempo avanzó, las ciudades crecieron y estos “mercados emergentes” empezaron a verse apetecibles. Una rareza del capitalismo: el Mercado, postulado por esta corriente como “teoría” de previsibilidad, solución y equilibrio, no fue capaz de contemplarlo en su momento.