El pulso geselino del fallo de la Corte contra el tarifazo
La Corte Suprema de Justicia determinó ayer la inconstitucionalidad de los desmedidos aumentos de tarifas autorizados por el gobierno nacional, dándole la razón a una serie de reclamos que se iniciaron en lugares como Villa Gesell y que luego se expandieron por todo el país.
noticias@gesell.com.ar | La Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó ayer jueves la inconstitucionalidad de los descabellados aumentos que el gobierno argentino autorizó a imputar en servicios claves como la energía eléctrica y, sobre todo, el gas natural.
La decisión era largamente esperada y marcó un quiebre en las políticas tarifarias que hasta el momento el gobierno nacional venía aplicando, ya que la Corte obliga de ahora en más a realizar un procedimiento de audiencias públicas para determinar esos precios. La nueva administración pierde entonces la capacidad de fijar o autorizar valores sin consultarlo.
Este hecho que reviste carácter inédito e histórico encuentra influencia en una serie de acontecimientos previos que ocurrieron en varios lugares del interior del país. Uno de ellos es Villa Gesell, quien prontamente ganó relevancia pública en los medios nacionales a raíz de dos episodios puntuales que merecieron tal difusión.
El primero de ellos fue la toma pacífica del edificio en Gesell de Buenos Aires Gas Sociedad Anónima (BAGSA) el día 1º de julio, en coincidencia con la emisión de las primeras facturas que incluían el impiadoso tarifazo. Como bien se recuerda, varios geselinos llegaron a recibir facturas cercanas a los 10 mil pesos y esto ocasionó una profunda indignación en gran parte de la sociedad, sobre todo aquella que se veía imposibilitada de abonar semejante cifra.
La noticia llamó la atención y hasta fue mencionada por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en distintas apariciones públicas, entre ellas una serie de entrevistas a medios del extranjero.
Este escenario desembocó en una segunda acción igual de simbólica pero más precisa en términos prácticos: el amparo presentado por un conjunto de vecinos geselinos ante un Juzgado Federal de Dolores, en el que se solicitaba la prohibición de los aumentos. El tribunal dio curso al pedido realizado, suspendiendo por 60 días el tarifazo en nuestra ciudad.
El episodio sirvió de estímulo para otros lugares, en donde pronto comenzaron a constituirse colectivos similares que presentaron pedidos similares y lograron el mismo efecto. Como un juego de piezas que se acumulan, una acción potenció a la otra. Así, sucesivamente, hasta obligar a la Corte Suprema a expedirse acerca de esta situación que angustiaba a un sector importante de la población argentina.
El aumento de tarifas no fue definitivamente prohibido. Simplemente se obliga al gobierno nacional a realizar una serie de audiencias públicas que lo expone al inédito escenario de tener que consensuar los nuevos precios, en vez de decidirlos de manera unilateral, tal como vino sucediendo. Mientras tanto, los valores deben retrotraerse al mes de marzo.
“La principal influencia de Gesell creo que fue el hecho de que varios sectores coincidieran para impulsar esta medida. Fue un esfuerzo mancomunado de mucha gente que luchó para esto”, dice una fuente que estuvo involucrada activamente en este proceso. “Yo me siento parte de este éxito, pero el mérito no es de fulano de tal. Cada uno de los que buscamos esto, tiramos para el mismo lado, y la presión social que empezó a ejercer cada uno de los sectores fue lo que llevó a la Corte a tomar esta decisión. Porque la Corte podría haberse lavado las manos, pero esa decisión la destrozaba política y socialmente. La clave fue el grupo de manos geselinas que empujamos la piedra para defender nuestros derechos”.