A 25 años de “Drogas sin sol”: Charly, Gesell y espías
En enero de 1996 Charly García pronunció en el Autocine de Gesell una de las frases más polémicas que se recuerden. El asunto generó mucha cobertura y ubicó a la Villa en el centro de la atención de ese verano. Lo que no se sabía era que, además, Charly fue espiado por servicios de inteligencia. La historia completa en el capítulo del libro “Villa Gesell Rock&Roll”.
Por Juan Ignacio Provéndola | Después de dos décadas brillantes en las que compuso sus mejores obras (junto a Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros, Serú Girán y sus primeros años solistas), Charly deambuló los ’90 bajo un estado de perturbación que afectó notablemente su talento creativo. A diferencia de los ’70 y ’80, ahora Charly ya no era noticia por discos geniales o canciones inolvidables, sino por un sinnúmero de escandaletes azuzados por la prensa sensacionalista.
En esos tiempos era normal abrir los diarios y encontrarse a Charly protagonizando peleas con periodistas, exhibiendo conductas desaforadas o siendo internado en instituciones psiquiátricas. Su carrera musical, en tanto, miraba de reojo, como si fuera ajena a una persona que ya no identificaba como propia.
De todos esa Era adversa y complicada, el episodio más representativo fue sin lugar a dudas el que vivió en el Autocine de Villa Gesell la noche del 20 de enero de 1996. Un recital lamentable que será recordado por siempre por una frase que él mismo profirió: “drogas sin sol”. Frase, por cierto, que fue automáticamente replicada por todos los medios de comunicación hasta convertirse en la nota de tapa del verano, incluso por encima de los incontrolables e irreparables incendios en la zona de Bariloche.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires, a través de su Subsecretaría de Adicciones, había iniciado aquel verano una campaña denominada “Sol sin drogas”. La cara de la promoción estatal contra el uso de estupefacientes fue Diego Maradona, aunque para la mala fortuna de los creativos publicitarios, en el medio se les cruzó el peor Charly García de la historia.
El recital programado para el viernes 20 de enero de 1996 incluía también a Peligrosos Gorriones, Illya Kuryaki & The Valderramas y Virus. El número de cierre era Charly, quien ofreció lo que probablemente haya sido el peor show de su carrera. Totalmente peleado con las canciones, se concentró más en tirar todo lo que encontrase a su paso: micrófonos, guitarras, parlantes, torres de luces. En un momento dado, García empieza a criticar públicamente a Carlos García López, su guitarrista, de incitarlo a las drogas. El otro García le respondió con una trompada en pleno escenario ante la mirada atónita de los otros músicos y de los miles de espectadores.
Pero lo peor de la noche llegó casi al final. “Todo el que les dice ‘no’ es un amigo”, dije Charly, antes de arremeter: “Sol sin drogas…. drogas sin sol. Déjenme de romper las pelotas”. Nadie tomó noción de lo sucedido hasta el día siguiente, cuando llegaron los diarios con la noticia de que el músico había sido acusado de “Apología del delito”, lo cual lo obligaba a tener que declarar ante un juez para evitar una condena en prisión de entre dos y seis años.
El hecho, como se dijo, se convirtió en la noticia del verano. “¿Charly García, preso?”, se preguntaban titulares en letras catástrofe. Desde el recital en Gesell hasta la comparecencia ante el juez pasaron apenas dos semanas. Se trató, en esencia, de una operación mediática montada por Hernán Bernasconi, un juez que luego fue condenado por “falsedad ideológica” al imputársele que le armaba causas a famosos para obtener visibilidad pública, tal como hizo en el recordado Caso Coppola.
La muestra de tamaño delirio fue que Charly García logró su absolución el mismo día que se lo citó a declarar. Es decir: se lo acusó de algo, fue a decir lo suyo… y eso bastó para recuperar su dignidad judicial. Aunque en el medio, claro, se sucedieron operativos de los más ridículos, como por ejemplo el seguimiento de espionaje que le dedicó la Direccción de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Así lo admitió públicamente Alejandro Pérez Cárrega, el subsecretario de Seguridad bonaerense. “Para saber por qué Charly García es sospechoso, no hace falta más que ver sus recitales”, declaraba Pérez Cárrega ante la prensa. “Buscamos testigos, pedimos copias de los casetes y videos donde está registrado lo que dijo”. En efecto, en los archivos de la DIPPBA (hoy custodiados por la Comisión Provincial por la Memoria), aparece un legaje cuya carátula dice: “Asunto: Apología del delito. Charly García (Músico y cantante de rock)”, con fecha de enero y febrero de 1996.
La carpeta se compone de unos pocos documentos pero de muchos recortes periodísticos, en varios de los cuales se relevaba el único “éxito” de las tareas de espionaje: la detención de un allegado al músico que había sido encontrado con marihuana y pastillas de éxtasis (droga aparecida ese verano), pero que horas después fue liberado por el propio juez Bernasconi.
En esos recortes también aparecían declaraciones del propio García en la víspera de su presentación el en juzgado. “Algunas droga son buenas para salud, como la marihuana, que cura el glaucoma”, resaltan los espías. Una declaración que en ese momento agudizaba el escándalo, pero increíblemente anticipó 20 años un debate que hoy en día se está propiciando incluso en ámbitos científicos.
Lo cierto es que Charly García se presentó a declarar el 2 de febrero en el tribunal del juez Hernán Bernasconi, que quedaba en Dolores. Charly se trasladó hacia esa ciudad en un vuelo privado y luego fue escoltado por un férreo operativo policial. Ensayó unas disculpas explicando que “lo mío fue un chiste en una noche difícil, en cambio esa campana de “Sol sin drogas” es triste, porque desnuda la hipocresía de querer resolver un problema grave con una frasecita”. Su comparecencia duró apenas una hora y luego se retiró, nuevamente libre.
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CHARLY EN GESELL Y EN DOLORES (VIDEO)