“VillaGesell Rock&Roll” Lado B: Angel Latini o el rock en la radio
Nuevo capítulo adicional de “Villa Gesell Rock&Roll” que Pulso Geselino publica de manera exclusiva tras la salida de la segunda edición del libro. En esta entrega recordamos al Negro Latini, creador de la primera radio local y difusor de muchos de los grupos que en ese entonces estaban fundando lo que luego conoceríamos como rock argentino
Por Juan Ignacio Provéndola | Cuando Ángel Latini entró a estudiar en la Policía Federal, no se vio seducido por las armas o los uniformes, sino por las tecnologías electrónicas y la radiotelefonía que la fuerza utilizaba para comunicarse internamente. Eso fue antes de mudarse a Gesell, en los ‘60, donde puso una disquería en la que también vendía y reparaba artefactos electrónicos. Pero había otro proyecto que lo obsesionaba: instalar en la Villa un sistema de radiofonía que aún no existía.
Primero experimentó circulando por las cuadras céntricas con un jeep que portaba dos grandes altoparlantes, desde los cuales transmitían música y publicidades. La apuesta generó interés y entonces se animó a algo más ambicioso: un sistema de propaladoras ubicadas a lo largo de la 3 al que le puso “Radiart”. Si bien se trataba de un dispositivo bastante habitual en otros pueblos del interior, la novedad se producía en verano, cuando los turistas caminaban por la avenida principal escuchando una especie de música funcional que venía desde el cielo. Es que las bocinas se ubicaban en los altos de los postes de luz.
Latini sofisticó “Radiart” con un posterior servicio “domiciliario” que llegaba hasta la ubicación del abonado (sea un comercio o una vivienda particular) a través de que un cable que salía desde la emisora, ubicada en el local 4 de la Galería Combo, en la esquina de 3 y 105. La transmisión era desde las diez de la mañana hasta las cuatro del día siguiente y se podían elegir, a través de un interruptor, cuatro canales: música clásica, popular/melódica, folklore o tango.
Su larga experimentación en la radiofonía alcanzó forma definitiva a mediados de los ’80, cuando la explosión de la Frecuencia Modulada llegó a sus largos dedos y fundó una de las emisoras claves en el desarrollo de los medios de comunicación de la ciudad: Radio Villa Gesell.
Aunque RVG se fundó oficialmente el 7 de febrero de 1980, la difusión fue durante sus primeros años a través de ese sistema de cables que hoy podríamos llamar “de puerto a puerto”. Recién tiempo después Ángel Latini actualizó su radio al sistema FM, en el cual operó durante largo rato de manera “clandestina” debido a las insólitas restricciones que imponía el entonces Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), encargado de otorgar las licencias habilitantes.
Latini no era un hombre del periodismo, sino, en todo caso, de la música. Esa fue la sensibilidad que lo unió a la radio: además de vender auspicios para ganarse la vida, el Negro (así le decían) tenía un particular celo por divulgar música que le gustaba. Durante un tiempo condujo “RVG Tango”, su única experiencia frente al micrófono. La “música ciudadana” (como él mismo la mencionaba en la apertura del programa) era su favorita.
Pero, lejos de ser un ortodoxo en sus gustos, en verdad Latini -como buen radioaficionado- siempre andaba con las antenas alertas, dispuesto a conocer cosas nuevas. Así descubrió, antes que muchos, a ese género que empezaba a cundir cada vez más entre los jóvenes: el rock. Moris, quien dio origen en Gesell durante el verano de 1966 a Los Beatniks (banda pionera del rock argentino en grabar un disco), recuerda con cariño el aporte decisivo de Latini para ayudarlos a tener buen sonido durante sus modestos pero fundamentales shows iniciáticos en la Villa. El músico lo cuenta en este libro. Y en otro tramo de esta obra, Alejandro Medina, bajista de Manal, reconoce que la primera vez que escuchó una canción de su banda en una radio fue a través de la propaladora callejera de Gesell mientras estaba detenido en la comisaría tras un show. También hay un capítulo dedicado a “Villa Gesell es el sol”, jingle que Latini le encargó para su radio a Eduardo Fazio, del dúo folk Vivencia.
Ángel Latini falleció en 1995 y Radio Villa Gesell pasó por varias manos antes de cerrar definitivamente una década después. Acaso el mayor capital que quedó de la experiencia radiofónica de Latini y de la importancia que tuvo RVG en la ciudad sea su increíble discoteca: los que conocieron la ubicación de la emisora, encima del bar Bacará, recordarán aquel cuarto exclusivamente dedicado a alojar miles de vinilos y casetes. Entrar a ese ambiente significaba sumergirse en una galaxia donde convivían Aníbal Troilo y Charlie Parker, Mercedes Sosa y Juan Sebastián Bach, Manal y Nicola Di Bari, los Wawancó y Earth, Wind & Fire.
Quien tenga hoy toda esa colección -si es que afortunadamente fue cuidada y sigue existiendo-, bien sepa que posee en su haber el registro de la música que se escuchó en Gesell durante sus décadas más esplendorosas: aquellas en la que las radios pasaban lo que merecía nuestro gusto.
Más info del libro: fb.com/VillaGesellRock