La sudestada y otro capítulo violento para Villa Gesell

El mar y el viento destrozaron casillas, jugueras y otras instalaciones de algunos balnearios. Además, en algunas zonas el agua fue incluso más allá de la rambla y llegó hasta la Avenida 1. La frecuencia de los temporales en 2021 y sus consecuencias encienden una alarma. 

 

Una nueva sudestada azoto a Villa Gesell, especialmente a sus playas. Casillas de guardavidas, jugueras e instalaciones de balnearios (como sanitarios) fueron duramente castigadas por la combinación del mar y el viento, quienes avanzaron con violencia.

Desde aquel temporal del 7 de enero con consecuencias alarmantes (el agua llegó a inundar locales céntricos y hasta arrastró un auto hacia la playa), Villa Gesell viene padeciendo numerosos embates meteorológicos.

El último de ellos se comió toneladas de arena, dejando en algunas zonas unos «barrancos» de casi dos metros de altura. Y pocos días después sucedió lo que muestran fotos y videos: el mar se devoró distintas construcciones.

Este escenario dispara una alarma en relación a sucesos previsibles pero, hasta el momento, imposibles de combatir: los pronósticos anuncian con recurrencia estas sudestadas que causan cada vez más estragos, sobre todo en las playas céntricas.

Después de un agresivo temporal que fue noticia para los medios nacionales, Villa Gesell buscó en 2003 reemplazar su histórico paradigma de balnearios de concreto por uno con construcciones en madera sobre pilotes. El cambio incluyó también la eliminación de la Avenida Costanera, un hecho inédito en toda la costa atlántica.

Con los años, las agresiones del viento y el mar parecieron controlarse, e incluso Pinamar decidió copiar el modelo con la misma decisión: mandó a demoler todos los paradores de material para reconstruirlos «a la usanza» geselina.

Pero el 2021 apareció con una sucesión de temporales que incrementaron su poder de daño. La pregunta que muchos se hacen por estos momentos, después de otra sudestada de órdago, es cómo poder resolver estas apariciones frecuentes y dañinas. Estamos en julio, y esto puede ser leído de dos maneras: falta aún medio año para la temporada, pero al mismo tiempo implican otros seis meses en donde el clima seguirá dictando su voluntad.