La compleja ruta 56 es otra vez noticia para la prensa nacional
La peligrosa carretera de mano simple que une a nuestra ciudad con Capital en el tramo entre Conesa y Madariaga fue relevada por el diario Clarín, quien señaló que es la ruta a la Costa “que registra más accidentes”.
Por Fabián Debesa (publicado en la edición del domingo de Clarín) | Hay tres opciones para viajar desde la zona metropolitana hasta Pinamar y Villa Gesell. Una de ellas es más corta pero también más riesgosa porque el turista debe usar la ruta provincial 56 de doble mano y con marcado deterioro en el trazado. Tiene el oscuro privilegio de acumular mayor número de accidentes y muertes en los últimos veranos. Esta semana, un conductor perdió el control del vehículo e impactó contra una garita de colectivos y murió casi en el acto.
En cada temporada se transforma en el tramo más complejo de los recorridos para acceder a las playas importantes del Atlántico. Es que sobre esos 62 kilómetros que van desde el empalme con la 11 (en General Conesa) y el cruce con la 74 (cerca de General Madariaga) confluyen los automovilistas que usan la autovía 2 y la interbalnearia (ruta 11) para descansar en el balneario “top” del verano y en el elegido por los jóvenes. Es un tramo de “mano y contramano”, no hay doble vía, como en las autopistas. Y eso lo transforma en un riesgo para los choques frontales. Pero además tiene deterioro en algunos sectores por el desgaste y trazos con banquinas en malas condiciones.
Forma parte del complejo vial que está concesionado por la provincia de Buenos Aires. La empresa Caminos del Atlántico se hizo cargo de su administración en 2011, cuando el gobierno rescindió los contratos con las firmas anteriores y modificó los términos de la concesión. Asumió el control del sistema Integrado que incluye 1.150 kilómetros de las rutas 2, 11, 36, 63, 56, 74 y 88.
“Desde el inicio de la concesión, sobre la ruta 56 se han realizado tareas de bacheo, conservación, repavimentación en algunos sectores específicos, y sellado de fisuras, para mantener la calzada en adecuadas condiciones de transitabilidad”, dijeron a Clarín fuentes de la empresa. Y agregaron que “esas tareas se han intensificado en los últimos meses, previos a la temporada de verano: con señalización -horizontal y vertical- para una óptima visión diurna y nocturna”. Aunque la 56 no tiene cabinas de peaje en su trazo, para llegar a Pinamar hay que pagar 88 pesos (autos). Se abonan en las cabinas ubicadas en la autovía 2 o en Madariaga.
Para los que ya están preparando las valijas y tienen previsto salir en auto hubo una buena noticia: desde ayer quedó habilitado un nuevo puente sobre el río Salado, en Lezama (puente de Guerrero) que estuvo 10 meses en obra. El viejo viaducto (que se usaba para la mano hacia Capital) se hundió porque cedió una de las bases y ese desperfecto provocó trastornos, demoras y embotellamientos en los fines de semana largo y en los recambios de temporada. Esa parte del camino, ahora quedó liberada.