Montiel y 114 Errores en una noche épica para el rock geselino
La banda de Gesell y la de Santa Teresita (de las más serias y promisorias de toda la Costa) colmaron el parador Antigua Costanera a pesar de la fuerte tormenta y redondearon una noche inolvidable para más de cien personas en el inicio del ciclo Atlanticústico. Crónica, fotos y videos de una velada que debería marcar un precedente en el rock geselino.
noticias@gesell.com.ar | Montiel es una de las mejores cosas que le pasó al rock geselino. Desde su formación, en 2013, el grupo fue progresando sin parar hasta alcanzar una versión acabada y demoledora. Verlos en vivo es una experiencia maravillosa: sus músicos se entregan al juego escénico a caballo de grandes canciones de cosecha propia y el resultado es fabuloso. El que aún no los vio debería hacerlo urgentemente para verificar una novedad que normalmente era esquiva a nuestra ciudad: Villa Gesell, una de las cunas del rock, puede hoy jactarse de tener una banda a la altura de semejante historia.
Pero el grupo geselino (formado por Joaco Miracca en voz, Chucho Guerreiro Ochoa y Pablo Echeverría en guitarras, Iván Pérez en bajo y Mariano Cubilla en batería) no es el único de la zona que transita un camino similar. Es que, a menos de 100 kilómetros, otros muchachos vienen haciendo prácticamente el mismo trabajo y con resultados similares. Se trata de 114 Errores, una banda que, a falta de escena rockera en su Santa Teresita natal, la inventó: sus canciones son conocidas en todo el Partido de la Costa y sus shows muy concurridos.
No por nada ambos conjuntos fueron destacados en el Suplemento No de Página/12 como dos de las más promisorias de toda la Costa Atlántica (junto a Panal, de Mar del Plata). Montiel y 114 Errores comparten numerosos y fundamentales rasgos, entre los cuales se encuentra la voluntad de hacerse paso con canciones propias, el cuidado artístico de la propuesta, la constante inversión en sonido y tecnología y la ambición por grabar discos en los mejores estudios del país (114 acaba de editar “La fábrica de buenos momentos” y Montiel está por lanzar “Peajes”).
Así las cosas, era cantado que ambos grupos, tarde o temprano, iban a coincidir, unir sus fuerzas y abrirse en un bloque conjunto. Y eso sucedió el martes con el Ciclo Atlanticústico, organizado por el periodista Juan Ignacio Provéndola (director de Pulso Geselino) en el parador Antigua Costanera, donde diez días antes había presentado su libro “Villa Gesell Rock&Roll” junto a Jorge Serrano y Nito Montecchia, de Los Auténticos Decadentes.
A pesar de que no se trata de dos bandas populares a nivel nacional y de que el evento no se encontraba en los calendarios oficiales, para sorpresa de todos el lugar se colmó de asistentes, incluso cuando una furiosa tormenta abrió el cielo en mil pedazos y parecía que la noche se desvanecía.
Eso sucedió después de la performance de 114 Errores, que vino en un formato reducido con el guitarrista Waly Ibarra y el bajista Juli Latorre, quien además canta en varias canciones de los discos. Los santateresitenses eligieron justamente siete de estos temas para llevar adelante el ajustadísimo con el cual abrieron la noche. El dúo se movió en un formato infrecuente, el acústico, aunque con gran resultado: al fin y al cabo las que mandan son las canciones, y las de ellos se ganaron la atención de todos los geselinos que se preguntaban cómo es que desconocían una banda tan cercana y buena.
Aunque se formó en 2004, la del martes fue la primera actuación en nuestra ciudad del grupo de Santa Teresita. La impresión dejaba fue inmejorable, quedando muchos geselinos con ganas de ver la versión eléctrica, completada por el cantante José Alma y el baterista Mariano Nyczaj.
Como si estuviese escrito en algún lado, ni bien terminó de tocar 114 Errores en formato dúo el cielo estalló en mil pedazos y una tormenta eléctrica arreció a toda la ciudad. Distintos rayos ya habían anticipado lo que muchos rezaban porque no se produjera: la lluvia inundando nuevamente la ciudad.
Pero, como siempre, el rock termina venciendo: los chicos de Montiel no dudaron un segundo y corrieron todos los equipos, instrumentos y cables de una punta a la otra de Antigua Costanera, que estaba literalmente repleta de gente. La escena fue épica y conmovedora, motivo por el cuál no sólo que ningún espectador se fue del lugar, sino que incluso llegaron otros tantos que recibían por celular fotos de lo que estaba sucediendo.
Después de media hora de intenso trabajo, Montiel logró improvisar un escenario en una zona techada (el original está al aire libre) y así el grupo dio rienda suelta a un repertorio con bonitas canciones pródigas de inteligentes letras, melodías cautivantes y sutiles arreglos. Claramente la actitud de los geselinos de ponerle pecho a la lluvia y sacar adelante el show entusiasmó a todos, al punto que cuando terminaron su repertorio formal la gente les exigió que siguieran tocando.
Así, entonces, se abrió un “tercer tiempo” en el que se entreveraron en zapadas músicos de los dos grupos y también Pablo Rovito, eximio guitarrista geselino que andaba por ahí como espectador.
Pasada largamente la medianoche y después de casi tres horas, la lluvia seguía azotando, aunque a prudente distancia: el fuego generado por esta combustión rockera de dos grandes bandas de la costa dejó a todos felices y con ganas de mas. Todos quedaron sorprendidos por las performances de los grupos y por la gran convocatoria de este Ciclo Atlanticústico.
¿Habrá más? Dicen por ahí que algo nuevo se está tramando. A esperar las novedades, entonces…
114 Errores en el Atlanticústico- «Los olivos» y «Todo y nada» (VIDEO: RODO DAPORTA)