Sol Marianela: de Villa Gesell a la Rolling Stone

La versión nacional de la legendaria revista de música publicó en su última edición una entrevista a la artista geselina, que es hija del reconocido músico Mario Ojeda y que acaba de editar “Hasta nunca”, su primer disco como solista.

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“Me sentaba frente al hogar y me ponía a leer la Rolling Stone; quería estar algún día en esas páginas. A veces me autoentrevistaba”, confiesa Sol Marianela. Y el sueño se le hizo realidad: la versión argentina de la reconocida revista de música y cultura en general acaba de publicar un reportaje a la joven cantautora (tiene 28 años), que viene realizando una militante carrera en el circuito independiente y que acaba de lanzar “Hasta nunca”, su primer disco solista.

“Conocé a Sol Marianela”, dice el título de la nota (publicada en la sección En Caliente, una sección destinada a artistas emergentes), mientras que el copete indica que se trata de “una chica que llegó de Gesell para romperle el alma al rock”.


Aquí copiamos la nota:

Radicada en el oeste del Gran Buenos Aires, en el lado norte de Ituzaingó, esta nativa de Villa Gesell está ascendiendo a toda velocidad en la escena emergente después de que, a finales del año pasado, algunos de sus temas -en versión acústica- empezaran a circular como inéditos en YouTube. Con una destacable vitalidad, letras emocionales y marcadas influencias de Boom Boom Kid (en uno de sus videos, un comment dice: «BBK presente»), Weezer, Pixies y por momentos The Specials, en canciones como «Los novios», «Tendrán sus razones» o «Guardarropas» Sol Marianela se convierte en la contracara femenina de la escena folk-punk de esta zona, que empezó hace casi una década con Coiffeur y Juanito el Cantor.

Fue criada por una madre personal trainner y su padre es Mario Ojeda, un guitarrista que abrió el último BA Rock y estaba en La Corporación, la agencia de management de Oscar López, un productor extravagante (el que metió un elefante entre público en ese festival) que en su cartera de artistas tenía a Charly García y Alejandro Lerner. «Mi papá vivía con Fito Páez en La Boca«, dice ella, «y mi mamá lo iba a buscar a La Corporación y, entre comillas, trabajaba de contestarles las cartas a las fans de Lerner».

Según Sol Marianela, que tiene un aro septum en la nariz y pocitos en sus mejillas de otros piercings que tuvo antes, su madre ha sido siempre «una persona muy cambiante, lo único fijo era que nos mudábamos todo el tiempo»: de casa, de ciudad, de país. Por eso, ella no terminó el secundario («Gracias, ma», dice). En 2008, mientras vivía en Granada, España, recibió un mensaje del productor Pablo Guyot vía MySpace. «Me dijo que había escuchado un tema, «Los peces», y que cuando volviera a Argentina quería hacer algo conmigo», recuerda. A finales de ese año regresó, pero no supo cómo encontrarlo. Para la misma época, conoció a Lolo, el ex guitarrista de Miranda!, que le grabó un demo, pero ese proyecto tampoco avanzó («El estaba con lo del Maipo»). En 2009 se mudó a Capital Federal y tocó en Liers; y a comienzos de 2013, ya en el oeste, se sumó a las Trueno Blanco. Pero antes de que diciembre llegara de nuevo, notó que tenía canciones para grabar un disco.

Este mes, Sol Marianela estrena Hasta nunca, su debut, que conserva la sensibilidad y la energía de los demos y los videos que están en la web, pero ahora en versiones eléctricas, con una banda de cuatro piezas, igual que como se presenta en vivo. «Ya quería dejar de tocar acústico, porque me obliga a hablar mucho, a hacer chistes. Y me quiero matar cuando vendo la feliz», dice. «Yo no soy así.»